Marruecos hostiliza a periodista peruano
Y sufraga viajes a políticos como parte de campaña de desinformación
Javier Alejandro Ramos
El pueblo saharahui, en el Sahara Central del Africa,fue invadido y expulsado en 1975 a un exilio en el desierto, la cárcel al aire libre más grande del mundo, rodeada por un muro militar de más de 2,720 kilómetros construido por Marruecos, que ha expoliado los recursos de una nación considerada “no autónoma” , y que explota a los habitantes cautivos, cambiándoles la identidad.
El periodista peruano Ricardo Sánchez Serra viene desde hace muchos años denunciando el abuso y la arbitrariedad del Reino de Marruecos en artículos periodísticos, foros internacionales, incluida la propia ONU, y está siendo víctima de una hostilización permanente por parte de la embajadora de ese país monárquico árabe, Oumama Aouad, que se ha permitido cursar cartas a los medios de comunicación y a los distintos lugares donde labora el hombre de prensa, exigiendo que se le despida y que no se publiquen sus puntos de vista.
LOBBYS Y DÁDIVAS
Por otro lado, sin embargo, congresistas y otras personas públicas disfrutan de viajes sufragados para que no vean, no escuchen y no opinen de lo que pasa en el Sahara. Estas invitaciones, que no son más que lobbys y están prohibidas en muchos países, se disfrazan sutilmente al aducir que se efectúan “por razones culturales”.
En una oportunidad, Sánchez Serra recurrió a un ex Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, a quien mostró pruebas del acoso de la embajadora, que escribió al Municipio donde laboraba y al Arzobispado, donde también ejercía su derecho al trabajo, exigiendo que se le despida o que se rectifique pues “sus opiniones podrían ser malinterpretadas” por su legación diplomática, como una “postura oficial” del lugar de trabajo del periodista. ¿Resultado? El congresista a Marruecos en viaje por invitación, y el asunto durmiendo con el mismo entusiasmo que los expedientes en el Poder Judicial.
Y no es el único parlamentario, por si acaso. Hay varios que han salido a expresar su convenida condena al hombre de prensa y a alabar las virtudes marroquíes, olvidando al parecer que, en estos días de globalización, para un periodista es muy simple cruzar información y averiguar qué nación invita a quién, por cuanto tiempo, con o sin gastos pagados, y luego corroborar y reconfirmar con las líneas aéreas y agencias de viaje, como con la Dirección de Migraciones. Total. No tiene de malo. La población tiene derecho de supervisar a sus empleados ¿no? Y un congresista no es ni más ni menos que eso.
LA VERDAD DE LA MILANESA
Para las Naciones Unidas, el Sahara Occidental (que otrora fuera una colonia española y que fuera invadido posteriormente por Marruecos) es un territorio en proceso de descolonización. Sus habitantes son la única población árabe de habla hispana. Los saharauis que pudieron huir del genocidio perpetrado por los invasores marroquíes se instalaron en campos de refugiados, en cuyos territorios constituyeron la Republica Arabe Saharaui Democrática, reconocida por más de 84 países del mundo y miembro de la Unión Africana.
Sánchez Serra ha explicado en numerosos escritos que la autodeterminación a la que tiene derecho el pueblo saharaui ha sido reconocida por no solo por la Resolución 1514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sino también por el Tribunal de La Haya, que señaló que “el Sahara Occidental no tiene vínculo territorial con Marruecos”. Otras Resoluciones de la ONU y de su Consejo de Seguridad piden la retirada de Marruecos, deploran la ocupación, y reconocen la legitimidad de la lucha saharaui
En el IV Comité de Descolonización de la ONU, reunido en Nueva York en octubre del 2013, el periodista sostuvo que era fundamental que se aplique un referéndum en el territorio ocupado para que se logre la independencia y se ponga fin a una invasión que ha separado injustamente a miles de familias, en el que se violan sistemáticamente los derechos humanos, se impide estudiar a las jóvenes saharauis, se explota la pesca, los fosfatos y el petróleo, han envenenado los pozos de agua del desierto, se prohíbe a los que viven en territorio ocupado que usen las vestimentas tradicionales de su cultura, se ha destruido patrimonio cultural arqueológico y museológico, y en el colmo, hasta los niños son calificados con notas bajas en los colegios sólo porque son saharauis y no marroquíes.
En el Perú y otros países, las embajadas marroquíes cumplen una tarea de desinformación, señalando sin sustento jurídico ni histórico que su invasión es legal, y buscan que se convalide. Los funcionarios diplomáticos de ese reinado siguen una estrategia diseñada para que en todos los países donde tienen consulados y embajadas se consiga declaraciones que reivindiquen un territorio que nunca fue suyo. Y cuando no lo consiguen con dádivas y sobornos, recurren a la amenaza y la presión.
EL ESTADO PERUANO EN SILENCIO
Sánchez Serra no es el único que lo sufre. Igual sucede con otros periodistas en Argentina, Chile,Colombia y otras naciones. El poder de los diplomáticos marroquíes (a los que dan fondos al parecer ilimitados) es tal que pese a que el Perú ha reconocido a la República Arabe Saharaui Democrática desde 1984, hasta el momento, desde 1996 en que se se “suspendieron” misteriosamente nuestras relaciones diplomáticas con ella durante la gestión como Canciller de Francisco Tudela, no se han restablecido.
El propio Presidente Humala debió anunciarlo en su discurso de asunción al cargo en julio del 2011, porque así lo estipula el plan de gobierno de Gana Perú presentado. ¿Porqué no lo ha hecho hasta ahora?. El lobby marroquí es muy fuerte. Amenazan con cerrar su embajada, retirar sus inversiones, indican que Francia y España podrían cortar relaciones diplomáticas con nuestro país, pues los respaldan, cosa que es mentira.
En México, Sudáfrica y decenas de otras naciones conviven ambas embajadas, en primer lugar, y en segundo, las inversiones marroquíes en el Perú no son significativas como para que tengamos que preocuparnos. Según nota de prensa de su embajadora, destacada entusiastamente por El Comercio y Gestión, llega (apenas) a 24 millones de dólares. No hay cifras oficiales que lo confirmen.
La embajadora Aouad ha sido declarada persona no grata al periodismo nacional, según una misiva enviada al Presidente Ollanta Humala por la Federación de Periodistas del Perú. Su máximo dirigente, Angel Sánchez Dueñas, precisa en su carta que la funcionaria diplomática atenta contra la libertad de expresión, la libertad de prensa, y el derecho constitucional al trabajo que asiste a Sánchez Serra, además de entrometerse en los asuntos internos del país, violando la Convención de Viena, referida al comportamiento diplomático.
“Hemos recogido la denuncia del colega Sánchez Serra contra la embajadora Aouad, que presiona a los medios de comunicación y otras organizaciones, realizando llamadas telefónicas, exigiendo que retiren los artículos del mencionado periodista, pretendiendo intimidar con su investidura. Ha llegado además al exceso de enviar misivas a los máximos representantes de las instituciones donde labora Sánchez Serra, sugiriendo a sus jefes sutilmente que lo despidan”, indica la carta del Presidente de la FPP, quién afirma que esto es una transgresión del artículo 26 de la Constitución, así como del inciso 4 del artículo 2 de la misma. Finalmente, exhorta al Jefe de Estado a que la Cancillería tome una posición de defensa del ciudadano peruano atropellado en sus derechos, y se informe al Reino de Marruecos de la campaña de hostilización emprendida por su embajadora.